Para mi ser terapeuta es una responsabilidad significativa que implica trabajar directamente concisa heridas de las personas, con sus emociones, pensamientos y comportamientos para ayudarlas a superar dificultades, encontrar su camino, comprenderse mejor y alcanzar un bienestar emocional
A pesar de que vivo esta profesión con mucho respeto y responsabilidad, no me hago cargo de
Me niego en mi trabajo a esforzar el cambio y trabajar más que lxs usuarixs a lxs que atiendo o a hacerme responsable de su mejora y crecimiento, intento que las personas vuelvan a empoderarse de sus habilidades y a esa misma responsabilidad sobre sus vidas y sus elecciones. Las
personas saben hacer mucho más de lo que hacen. A menudo lo que hacen es lo que hacen desde mucho tiempo, conductas que en algún momento de su vida han sido funcionales y adaptivas.
Para mí, un terapeuta eficiente es aquella persona que sabe escuchar con atención genuina y curiosidad relacional lo que la gente le cuenta; y que ayuda a reparar los vínculos que con el tiempo se han dañado. El vínculo es lo más importante.
La terapeuta eficaz contribuye a crear momentos reparadores.
Detrás del estilo terapéutico de cada uno está quien cada uno es. Lxs terapeutas también podemos padeces síntomas, sufrir trastornos, tener heridas psicólogas, arrastrar cuentas pendientes y llevar sobre nuestros hombros pesadas cargas transgeneracionales.
Las buenas terapias son aquellas donde se permite la expresión plena de lo humano: el llanto, sí, pero también la risa; la desespera-
ción, desde luego, pero también la esperanza. Concluyen, como dice Whitaker,
convirtiendo a la persona en su propio terapeuta; es decir, ayudándole a hacerse cargo de nuevo de su propia existencia.